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lunes, 12 de abril de 2010

SERRAT, HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA





Carta abierta de Joan Manuel Serrat
Queridos desconocidos en general y sin embargo amigos la mayoría:



El 23 de Febrero aparece mi último trabajo discográfico: "Hijo de la luz y de la sombra". Un puñado de canciones sobre poemas de Miguel Hernández. Una prolongación del disco que apareció en 1972 y también un complemento.


Trece nuevas canciones componen esta entrega. Un amplio recorrido por la obra de Miguel Hernández que incluye desde poemas de juventud como "La palmera levantina" hasta versos de "Hijo de la luz y de la sombra", el más hondo y ambicioso de sus poemas, probablemente su obra maestra cuya lectura recomiendo de manera especial.


¿Por qué vuelvo a escarbar de nuevo en la obra de Miguel Hernández…? Fundamentalmente por dos razones. Una, porque este año se cumple el Centenario del nacimiento del poeta y, como viejo amigo que soy, me sentía en la obligación de celebrarlo desde los escenarios. La gente me lo iba a pedir. La gente ama al poeta y, como yo, no dejaría pasar la onomástica sin recordarla.


En principio, la idea buscaba apenas refrescar el viejo repertorio con un par de nuevas canciones así que, sin grandes expectativas, volví a bucear en su poesía pero a medida que los viejos versos me devolvían nuevas emociones y las ideas se iban materializando en canciones fue creciendo mi entusiasmo hasta que finalmente, a la vista de la bondad del material resultante, aposté decididamente por este trabajo que ahora presento. Una nueva entrega de sus versos listos para cantar.


La otra razón que me ha empujado a volver sobre la obra de Miquel Hernández, la más importante y la que me convenció del interés y validez del proyecto es la intemporalidad de su poesía, la vigencia de sus versos más allá del lugar y el tiempo en que vieron la luz, más allá del contexto en que nacieron, versos que siguen sonando tan sólidos y frescos como si hubieran sido escritos ayer y aquí.


Ha sido fundamental haber contado con magníficos colaboradores para llevar el proyecto a buen puerto. A todos ellos mi gratitud, desde la capitanía de Joan Albert Amargós en la preparación de las canciones, los arreglos y la dirección musical hasta la paciencia y el trabajo de Raúl Cuevas en la grabación y de José Luis Crespo en las mezclas. Ellos son una muestra de la larga lista de amigos y colaboradores que han hecho posible este "Hijo de la luz y de la sombra".


Me gustaría que este trabajo ayudase a acercar al público la poesía de Miguel Hernández, a mi entender uno de nuestros poetas contemporáneos fundamentales, y que la gente, más allá de las canciones, encuentre en los libros el alma del poeta.


La fecha de aparición de este trabajo es producto del azar aunque confieso que no me parece mal la coincidencia. Al fin y al cabo, visto desde la distancia, el 23 de Febrero de 1981 fue el día en que el franquismo perdió su última batalla y nada mejor que celebrarlo con vosotros descorchando este manojo de canciones que, con versos del poeta de Orihuela, he preparado en la esperanza de que os conmuevan como a mí.

Joan Manuel Serrat

martes, 2 de marzo de 2010

SERRAT, COSECHA Y CANTO



JOAN BARRIL

El otro día, en el mercado de Santa Caterina, me ofrecían cerezas. Eran unas buenas cerezas, sabrosas y carnosas y razonablemente bien de precio. Pero no eran las cerezas de mi infancia. Para gozar de lo que nos da la tierra no basta con el sabor. También hay un tiempo para saborear. Y las cerezas, aunque no fueran tan buenas como las que me ofrecía el vendedor de Santa Caterina, requieren de espera y de deseo. Las mejores frutas fuera de temporada son una consagración del capricho y una exaltación del poder humano que intenta condicionar el poder de la naturaleza. 


Pensaba en las cerezas este fin de semana en el que el sol y la niebla, el viento y la calma han organizado un intenso concierto. He tenido la fortuna de escuchar el último trabajo de Serrat sobre poemas de Miguel Hernández y la orquestación de Joan Albert Amargós. A Serrat no hay que meterle prisa. Serrat nos ofrece su cosecha cuando él considera que ha llegado a su estadio óptimo de madurez. Hijo de la luz y de la sombra es un trabajo tan necesario como lo fue el primer disco, grande y negro, sobre la obra de Miguel Hernández. 


Hoy los discos son más pequeños. Y pronto esos elementos circulares empequeñecerán todavía más hasta convertirse en el punto y final de una manera de transportar la música. Pero el campo en el que Serrat y sus amigos hacen crecer los versos de los grandes poetas continúa perfectamente abonado y fértil. Yo no se cómo vamos a degustar al Serrat que todavía nos cantará de aquí a 10 años. Pero no hay tecnología, ni nueva ni vieja, que pueda con la palabra bien dicha, con la música bien pensada y con la voz consciente que es un instrumento más al servicio del verso.
La labor de Serrat es la del zapador que busca los restos del naufragio de la memoria entre las playas desiertas del olvido. Muchos jóvenes harían bien en acercarse a ese Miguel Hernández que murió en las cárceles franquistas y que cantó al amor del miliciano, al temor de la muerte y a la necesidad de las armas. La estrategia de la derecha española consiste en entender la guerra civil como una catástrofe natural de la que los vencidos no deberían sacar partido. 

Pero toda guerra tiene una sintaxis. Y tanto los franquistas como sus aliados nazis y fascistas usaron la hipérbole del exterminio mientras gente como Hernández defendía su dignidad a golpes de poesía.
Cuando Serrat se enfrenta a los grandes poetas, Antonio Machado, Miguel Hernández, Mario Benedetti, Joan Salvat Papasseit o Joan Margarit, lo hace con una humildad ejemplar. Se subordina a la letra de la emocionante Uno de aquellos o busca armonías difíciles pero emocionantes en Dale que dale. Así crece Serrat cada día: haciéndonos crecer a los poetas enormes que pagaron con su vida la barbarie antipoética de la España más bestia. 

Cuando ni siquiera los poderes públicos socialdemócratas se atreven a reivindicar la belleza derrotada, Serrat está ahí como el gran archivero de la armonía.
En una cultura ensimismada, más apegada al espectáculo que al rigor, me enorgullece que todavía haya artistas que hacen canciones para que el pueblo las haga suyas. En un momento en el que lo más rentable es desmitificar a los mitos y cubrir de porquería a los poetas muertos, como se ha hecho recientemente con Gil de Biedma y con el propio Hernández, Serrat está ahí para recordarnos que la belleza no es biodegradable. El verso se hizo canción y habitará entre nosotros

viernes, 22 de enero de 2010

Serrat vuelve a poner música a 13 textos de Miguel Hernández


Joan Manuel Serrat, ayer, en Madrid, en la presentación del disco. Foto: AGUSTÍN CATALÁN
Joan Manuel Serrat, ayer, en Madrid, en la presentación del disco. Foto: AGUSTÍN CATALÁN
MERCEDES JANSA
MADRID
Casi 38 años después del celebrado disco que popularizó a Miguel Hernández al final de la dictadura franquista, Joan Manuel Serrat ofrece una nueva lectura sobre la obra del poeta alicantino. Su nuevo trabajo, titulado Hijo de la luz y de la sombra, contiene 13 nuevas canciones que formarán parte de una gira con motivo del centenario del poeta, que se iniciará en Elx el 27 de marzo, la víspera de que se cumplan 68 años de su muerte por tuberculosis en la cárcel de Alicante, tras dos años preso y una primera condena a muerte luego conmutada.
La gira finalizará en Orihuela a finales de octubre y aún faltan fechas por cerrarse, aunque el pasado 17 de diciembre el propio Serrat afirmó a este diario que recalará en Barcelona en julio, en el Teatre Grec.
La idea inicial de Serrat de musicar algunos poemas de Hernández se transformó en un nuevo disco al calor del interés de diversas instituciones –especialmente el Ayuntamiento de Elx, depositario del legado hernandiano– por recuperar la memoria del poeta nacido en Orihuela el 30 de octubre de 1910.

MALA SUERTE / El alcalde ilicitano, el socialista Alejandro Soler, y el cantautor barcelonés presentaron ayer en Madrid el disco y las actividades del centenario que patrocina el consistorio, en un intento por universalizar la figura y la obra del poeta del pueblo.
Como dijo Serrat, el autor de Vientos del pueblo «ha tenido tan mala suerte que en el año de su centenario le pilla la crisis económica». Al menos siete instituciones aportarán dinero para exposiciones, conferencias, recitales –en abril actuará en Elx Paco Ibáñez– y un congreso internacional.
«No se pueden poner en paralelo», afirmó Serrat refiriéndose a los dos discos, ya que el tiempo no pasa en balde y él también es una persona distinta a la de hace cuatro décadas. Para este nuevo reto, Serrat ha tenido «necesidad» de releer toda la obra del poeta alicantino y descubrir su carácter «intemporal» que le da un aire actual a la obra hernandiana. «A todo se le puede poner música», afirmó el cantautor, «pero lo que cuenta es la capacidad de emocionarse». En todo caso, en su opinión Hernández fue un poeta «sumamente musical».
Tras aquel disco de 1972, ilustrado solo con la foto y el nombre del poeta sobre fondo negro, que incluía Nanas de la cebolla, Para la libertad o Menos tu vientre, Serrat ha elegido 13 textos poco conocidos, algunos de los primeros escritos del poeta como La palmera levantina, otros posteriores como Versos de hijo o La lección del esposo soldado y fragmentos de obras teatrales. Y, por supuesto, el que da título al disco, a la venta el próximo 23 de febrero y en cuya portada predominan el negro y el rojo y aparece, esta vez sí, el nombre del autor de Mediterráneo. Los arreglos, como es habitual, han sido realizado por Joan Albert Amargós. Pese a lo que se había dicho hace unos meses, el disco no incluye un dúo con el cantaor Miguel Poveda.
Serrat se ha acercado siempre a Hernández «sin objetividad y con gran admiración». Lo descubrió cuando inició sus estudios en la Universitat de Barcelona, en ediciones llegadas de América Latina. Cuando conoció más la vida de este alicantino de origen humilde, aún le emocionó más descubrir su obra atravesada por la «capacidad de enfrentarse a la derrota y seguir adelante».

EVOLUCIÓN / Serrat destacó la evolución literaria del poeta pese a su muerte prematura y las dificultades que tuvo para acceder a la mínima educación. «Es distinto ser maestro de escuela que pastor de cabras», respondió, cuando se le pidió elegir entre Hernández y Antonio Machado, del que también popularizó su obra al ponerle música. Cuando salió a la venta en 1972, Serrat le llevó su primer disco de homenaje a la viuda del poeta, Josefina Manresa, que no tenía tocadiscos. Para el actual ha tenido que lidiar con Lucía Izquierdo, nuera del poeta, que como el resto de la familia, vive en Elx.
La vinculación de esta ciudad con el poeta se remonta a 1931, cuando el Coro Clavé (orfeón ilicitano) le concedió el primer y único premio que Hernández recibió en vida, por un poema titulado Canto a Valencia. Posteriormente, su viuda se trasladó a vivir a la ciudad de las palmeras y allí se encuentra enterrado su segundo hijo, Manuel Miguel, destinatario de las famosas Nanas de la cebolla.