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viernes, 11 de junio de 2010

UNA JUGADA MORTÍFERA





 El domingo 7 de febrero el presidente de la Autoridad [francesa] de Mercados Financieros (AMF), Jean-Pierre Jouyet, pidió a los gobiernos europeos que no «sirvieran los propósitos» de los fondos de inversión libre en la crisis griega con declaraciones que hicieran cundir la alarma sobre la situación del país. «Cuando los mercados están en pie de guerra, las autoridades públicas deben mantener la calma, ser metódicas y no dejarse llevar por el pánico, porque eso es precisamente lo que están esperando los mercados, que cunda el pánico» declaró Jouyet en el programa Internationales de RFI y TV5 Monde. Refiriéndose a la maniobra de los «fondos de inversión libre anglosajones» Jouyet recalcó: «Frente a los manejos de los fondos especulativos, lo que hace falta es calma, orden y trabajo metódico. Las autoridades públicas no deben servir sus propósitos cargando las tintas».

Muy bien, pero para entender el sentido cabal de las declaraciones de este señor es conveniente saber lo que son los fondos de inversión libre (hedge funds) y cómo lograron el año pasado sus mejores resultados de los últimos diez años. Parece algo complicado, pero date cuenta de que a quien despluman, a quien arrojan al paro, a quien devoran la jubilación, por no hablar de cosas peores, es a ti, de modo que ¡un pequeño esfuerzo! Verás que es un asunto financiero y a la vez político, que la geoestrategia mundial es una guerra sin cuartel, pero las víctimas, cada vez más, son los civiles.

Veamos: ¿qué son esos fondos de inversión libre? Las grandes fortunas y las instituciones confían su capital a unos gerentes inversores para que les rindan el mayor beneficio posible. Los fondos de inversión libre que han atacado al euro están perfectamente identificados, se trata de un banco usamericano y sus dos fondos de inversiones; no es un hecho infrecuente, pero da pie a pensar que la operación es tan política como financiera.

Según la memoria trimestral que ha publicado el 5 de febrero la agencia Fitch, el año pasado los fondos de inversión libre registraron su mejores resultados de los últimos diez años. Por algo en lo más recio de la crisis nos hablaban del final de la crisis: estaban pensando en sus beneficios… Volvamos la vista a la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprimes). Una de sus mejores definiciones la ha hecho el banquero Rothschild, que tiene la virtud de hablar claro:
«De 2005 a mediados de 2007 atravesamos por un periodo próspero de crecimiento continuo, inflación moderada y liquidez abundante. En estas circunstancias, los bancos quisieron maximizar su rentabilidad para sus accionistas, lo cual, en este oficio, significa automáticamente correr más riesgos. Por entonces la financiación era fácil y hubo una desorientación que se tradujo en análisis erróneos de los riesgos, en falta de lucidez. Además, los bancos prestaron masivamente y acumularon activos muy, muy superiores a sus fondos propios. A esto se le llama apalancamiento, pero sólo es viable en proporciones muy elevadas cuando no surge el menor problema… En resumidas cuentas: los bancos desarrollaron un modelo de distribución con el que difundían los créditos sin conservarlos. El modelo ha resultado un fracaso, porque al final han tenido que asumir los riesgos sobre sus propios balances.»
Durante este periodo «próspero» también hubo una presión continua sobre los salarios y los servicios públicos. Y en 2009 y 2010 han aprovechado para dar una vuelta de tuerca a nuestras vidas. ¿Cómo lograron los fondos de inversión libre obtener sus mejores beneficios en 2009? Según el balance financiero de la agencia Fitch, el pasado año 2009 estuvo dominado por estrategias top-down. ¿De qué se trata? Top-down es una estrategia de inversión en la que prevalece el estudio macroeconómico.

Teóricamente, en un periodo «próspero» el gerente busca ante todo el beneficio y la rentabilidad mediante la selección de un sector de actividad o una zona geográfica. Es un enfoque global del mercado. El gerente invertirá en un sector puntero o en una zona geográfica en pleno auge económico. Los países del Golfo, como Dubai, o los países emergentes como el BRIC [Brasil, Rusia, India y China], son los que más le han «interesado». Lo que prevalece, por tanto, es el análisis fundamental, es decir, el estudio de las cuentas y los resultados de las empresas, de un sector de actividad o de una zona. Luego, y sólo después de haber escogido los sectores económicos más atractivos, el gerente selecciona los valores que mejor los representan. La selección es en embudo, de la zona al valor, de la geoestrategia al título.

Pero otras veces la estrategia, en vez de escoger la zona macroeconómica en pleno auge económico, puede centrarse en la más frágil, para dedicarse a operaciones especulativas. El proceder es el mismo: seleccionar países y atacar las zonas de fragilidad. Hace poco lo vimos con Dubai, cuando su vecino tuvo que salir en su ayuda: como hay interdependencia, para evitar el efecto dominó el vecino acaba apoquinando; es una extorsión en toda regla.

Si en 2009 los fondos de inversión libre lograron los mayores beneficios de los últimos diez años fue porque practicaron el arbitraje de convertibles (convertible arbitrage): ¿qué es eso? El arbitraje consiste en explotar diferencias de precios injustificadas; por ejemplo, comprar obligaciones convertibles presumiblemente infravaloradas, vendiendo al descubierto la acción subyacente.

Para entenderlo, el ejemplo más sencillo pero también el más «político» es que con este procedimiento compraron dólares mientras planeaban la operación contra Grecia y vendieron euros cuando todos los demás hacían lo contrario. Hoy pueden comprar a 1,37 el euro que habían vendido a 1,50 y su operación, sólo por esto, es un negocio redondo. Pero veamos hasta qué punto es provechosa…

Esto sucedió a raíz de Davos y de los planteamientos «revolucionarios» de nuestro presidente [Sarkozy]. Como decía Marx en otros tiempos, «mientras unos buscaban la piedra filosofal de la regulación, otros estaban acuñando ya la moneda de la especulación». Y no hay ningún recurso legal que ponga coto a los desmanes de estos piratas una vez que se han puesto «en pie de guerra» para destruir la economía. Así las cosas, no hay más remedio que entrar en la «ilegalidad» de las luchas y de negarse a pagar.

Es la especulación pura y dura, en la que las indiscreciones y la mala reputación vertida contra un país para atacarlo mejor forman parte de la jugada. Porque se cuenta con la interpenetración de un sistema mediático controlado al 90% por los especuladores. El control de este sector mediático, en sí poco «rentable», es una constante de los mercados financieros.

«El gerente» invierte en obligaciones convertibles mal cotizadas en el mercado. Típicamente, esta estrategia consiste en comprar la obligación convertible vendiendo la acción subyacente al descubierto. El inversor adquiere hoy unos títulos, pero no los pagará hasta que venza el mes bursátil. También puede no reportar su posición hasta el mes siguiente para retrasar un poco más el momento del pago. Entonces es la venta lo que está al descubierto, y el vehículo del beneficio son los títulos del Estado griego. Mañana, seguramente, será el Estado español… y pasado mañana, por qué no, Francia, donde los medios y los cretinos políticos de izquierdas no se privan de proclamar su «endeudamiento». ¿Con qué objeto? ¿Qué futuro nos espera, más allá de la pelea mediocre entre enanos políticos de las elecciones regionales?


Una operación financiera, pero también política

El que maneja la batuta es un banco usamericano (ver más abajo). ¿La operación es sólo especulativa? Hay que ver el contexto. No se trata únicamente de Irán: ¡el conjunto de la OPEP y algunos países del golfo Pérsico estaban cada vez más interesados en que les pagaran en euros en vez de en dólares! Lo que estaba en cuestión no era tan sólo el dólar sino también el petrodólar, algo que USA no podía tolerar. ¿Fue casual que antes del euro se lanzara un ataque contra ciertos Estados del Golfo?

De modo que la operación no es sólo financiera sino también política, como ocurrió con el desmantelamiento de los países del Este, en el que Soros desempeñó un papel financiero, pero también eminentemente político. Hoy en día cuesta trabajo saber dónde empieza en USA lo político y dónde termina lo financiero. Están solapados. Yo metería en el mismo saco los medios, el complejo militar-industrial y la CIA, porque todos actúan conjuntamente, y los cretinos de la «obamanía» parece que no lo entienden, empezando por la izquierda… Había que dar un escarmiento al euro para que no se convirtiera en una moneda de recambio cada vez más usada, sobre todo en las compras energéticas.

Los chinos lo han entendido perfectamente y llevan los mandos, con propiedad colectiva, de un sistema que corresponde término a término al del imperialismo. Es una «guerra sin cuartel», sus campos de batalla son múltiples, pero en cualquier caso las dianas y las víctimas son las poblaciones civiles.

Estamos ante una partida de billar: aunque la tocada es Grecia, el golpe va dirigido contra el euro. Es lo se desprende claramente al leer la prensa económica, como vamos a ver. Describe una especulación dirigida contra el euro y para colmo nos invita a participar en la rebatiña. De entrada, la culpa es de los griegos:

«Gangrenada por la corrupción, el fraude fiscal, las falsificaciones y su uso en todos los niveles… Sobreendeudada y empantanada en sus déficits, (Grecia) ya no es capaz de sostenerse ni de obtener capitales en los mercados para financiarse, como no sea pagando un precio exorbitante que no puede permitirse…».

El panorama que se pinta es falso, porque Grecia acababa de recibir un crédito y no había tenido ninguna dificultad en suscribir una emisión ventajosa. Pero ahora todos cargan las tintas sobre la catástrofe de la gestión griega, y los medios en primera fila. Grecia tiene mala reputación, incluso se ha llegado a acusar a su gobierno de haber falseado los balances para pedir crédito… La especulación, para colmo, presume de virtuosa. Una vez más, nuestros medios acuden raudos en su ayuda, señalando a Grecia con el dedo acusador… ¿Harán lo mismo con España, Portugal e Irlanda, los próximos candidatos al escarnio?
«Los rapaces de las finanzas se abaten sobre ella. Sin cuartel y sin piedad… ¡el botín promete ser descomunal!»
¡Ese botín es tu vida! Tu empleo, tu poder de compra, esos «piratas» te atacan a ti.
«Un ataque dirigido con mano maestra… por un gran banco estadounidense especializado en los credit default swaps (swaps de créditos fallidos, los instrumentos financieros que aseguran a los tenedores de bonos) y un par de fondos de inversión libre muy poderosos… e influyentes».
Si te dicen «influyentes», debes traducir: que trabajan y acumulan para unos individuos y grupos muy poderosos que detentan el poder económico, político y mediático, y harán lo que haga falta a su debido tiempo.
«Extraer el máximo de plusvalía sobre los CDS adquiridos en 2009 y “obtener ‘rendimientos canon’ con las próximas emisiones de bonos del Tesoro griego o español”, como decía ayer Philippe Béchade».
Los CDS o credit default swaps son contratos financieros de protección entre compradores y vendedores, lo cual significa que los especuladores iban sobre seguro al comprar títulos griegos y al final pueden contar incluso con una prima muy sustanciosa.
«Asesinato con premeditación

Creo que el ataque se preparó meticulosamente y con bastante antelación. Porque es “global” y sus consecuencias afectan a todos los mercados.
Los que prepararon la emboscada sabían desde hace tiempo que si atacaban a Grecia por sus debilidades, la Bolsa de Atenas se hundiría, los índices mundiales bajarían y cundiría el pánico. Sabían de buena fuente que de este modo introducían un caballo de Troya en la zona euro.
Porque si Grecia quiebra ―es decir, si no es capaz de honrar sus compromisos―, lo que vuela en pedazos es el euro. Y si el euro vuela en pedazos, el dólar (por defecto) se dispara…
De modo que sí, probablemente era premeditado. Y ha sido un negocio redondo.
Tomaron posiciones a contracorriente antes que todos y han ganado jugando a tres bandas

Desde hace varias semanas, mientras todos vendían dólares y compraban euros, los “iniciados” empezaban a acumular las posiciones contrarias. Vendieron el euro a $1,50... y siguen vendiéndolo (hoy lo pueden volver a comprar a 1,37…).
Y eso no es todo.
Sabían que al desestabilizar a Grecia y el euro, al lograr que reapareciera bruscamente la aversión al riesgo en el preciso momento en que los mercados empezaban a ahogarse, provocarían una caída brusca de los mercados de acciones y materias primas (nótese de paso la precisión cronométrica del ataque).
También en este caso fueron los primeros en ocupar posiciones short (vendedoras) en los mercados de acciones y materias primas, mucho antes que los demás. Con una bajada de los índices del orden del 15%, imagínense los beneficios. Por no hablar de las materias primas…
Ganaron a tres bandas: los CDS, la corrección de los mercados y el hundimiento del euro.
Y eso no es todo…

Nuestros depredadores ya tienen enfiladas otras presas, casi tan frágiles y apetitosas como nuestros amigos griegos: España y Portugal. Los ataques especulativos son inminentes…
El gusano está en la manzana. El caballo de Troya está en la Unión. Estamos de cara a la pared. O más bien de cara a la realidad. Nuestra realidad.
Porque actualmente hay un short abismal de 8.000 millones de dólares sobre el euro (posición neta vendedora en Chicago). Nunca antes, absolutamente nunca antes, desde que se creó el euro, había habido tantos especuladores que acumularan tantas posiciones vendedoras sobre el euro.
Podríamos estar en vísperas de una tempestad en el Mercado Internacional de Divisas

Cuando fusilen a las víctimas/presas (PIGS), una tras otra, sobre el altar de la deuda y los déficits, y el euro se hunda. Es el premio gordo de nuestros depredadores…».
PIGS es el acrónimo vejatorio con que los corredores de bolsa anglosajones se refieren al conjunto Portugal-Irlanda-Grecia-España (Spain en inglés): cerdos. Su economía no está en peores condiciones que la del Reino Unido o USA, pero los cuatro cerditos europeos de la zona euro son presas fáciles, ¡a por los cerdos!...
«A no ser que la situación se calme, la aversión al riesgo se atenúe, el dólar pierda poco a poco atractivo… y entonces podría producirse un violento rebote del euro. Porque las posiciones short (vendedoras) tendrán que ceder a la fuerza y masivamente, lo que podría propulsar el euro al alza (de varios cientos de pips) a velocidad de vértigo.

Cosas como esta se leen todos los días en la prensa económica. No se habla de la necesidad de resistir a estos piratas, sino de colaborar con ellos participando en la rebatiña: es así como funciona este mundo, nuestro mundo. Empezaron destruyendo todo lo que podía protegernos y darnos fuerza, los partidos, los sindicatos otrora revolucionarios, han destruido la barrera protectora de la nación y ahora nos invitan a la colaboración. Otra vez la vieja canción: «antes Hitler que el Frente Popular», y quienes entre nosotros azuzan el odio racial y la rivalidad entre naciones (es decir, nuestros medios), juegan en su campo…

Lo que debemos calibrar bien es la novedad de la situación. Hasta ahora los ataques se producían contra países emergentes o contra la antigua URSS, que aun presentando ciertas garantías eran asesinados sin piedad. Ahora el asalto se lanza entre los aliados más próximos, Europa y USA, es decir, que están con el agua al cuello… Pero la fiera no es por ello menos salvaje.

Por eso creo firmemente que la única solución consiste en no pagar. En todo caso, en la necesidad de volver a tener, reconstruyéndolas, unas organizaciones revolucionarias, echando a los que usurpan su dirección y nos incitan a la colaboración. No exigieron la nacionalización de los sectores bancario y financiero cuando había que hacerlo, nos han estado engañando sobre la realidad de lo que era la Unión Europea y hoy se andan por las ramas en vez de organizar una verdadera resistencia. Son increíblemente más inútiles que los griegos, quienes, por lo menos, organizan una huelga enérgica para decir NO. Inútiles o vendidos: lo uno no quita lo otro.


 Danielle Bleitrach
socio13.wordpress.com


Traducido para Rebelión por Juan Vivanco

miércoles, 5 de mayo de 2010

Grecia no es la causa principal de la crisis del euro



La visión que se está transmitiendo, por la mayoría de medios de información en España, sobre la crisis del euro es que esta crisis está causada por el comportamiento irresponsable del gobierno griego, que ha gastado en exceso en su estado del bienestar, creando un déficit y una deuda pública que no son sostenibles y que han generado dudas sobre si el gobierno podrá pagar sus deudas, con lo cual la moneda que utiliza Grecia –el euro- quedará muy afectada. Ejemplo de esta lectura del euro es el artículo de Sala i Martín en La Vanguardia (17.02.10), en el que critica a Grecia (y a otros países de la eurozona mediterránea, incluyendo España) de ser responsables de la crisis de la moneda europea, debido a un excesivo gasto público, derrochado –según él- en exuberantes beneficios sociales y laborales (ver mi artículo “La crisis, ¿qué debería hacerse?” Sistema 05.03.10). En este contexto, aparecen frecuentemente los pensionistas griegos, muchos de los cuales pueden ya jubilarse a la temprana edad de 55 años. De esta lectura se deriva que la solución es que los griegos (así como los españoles, portugueses y otros mediterráneos -aunque incluyen también a Irlanda- inclinados a excesos en sus gastos públicos) se aprieten el cinturón recortando su gasto público y reduciendo sus exuberantes beneficios sociales y laborales, tal como instruyen el Banco Central Europeo (máxima autoridad monetaria de la Eurozona) y el Pacto de Estabilidad.
Hasta aquí el dogma liberal. Veamos ahora los datos. En realidad, la economía griega en los últimos quince años (hasta 2009) había sido altamente exitosa. Su crecimiento económico (medido en el PIB per capita) creció más rápidamente que el promedio de la UE. Es cierto que ahora su déficit es elevado (13% del PIB), y su deuda es también elevada (113%), aunque no mucho más elevada que la deuda que se proyecta para el 2011 para el promedio de los países de la OCDE y mucho menor que la deuda de Japón (192% del PIB). Lo que ha ocurrido en Grecia, y en la mayoría de países de la OCDE, es que la disminución de los ingresos del estado, consecuencia del descenso muy marcado de la actividad económica, ha causado el crecimiento del déficit. Lo que los liberales olvidan es que el problema del déficit se basa más en el déficit de ingresos al estado (impuestos), que en la exuberancia del gasto.
Grecia es un país pequeño (que además tiene un fraude fiscal enorme), y el gobierno conservador anterior prefirió más conseguir dinero de los bancos extranjeros que aumentar los impuestos de la gente más pudiente y así corregir el fraude fiscal. El 95% del dinero que consiguió, vendiendo bonos, fue a bancos europeos. En otras palabras, el 95% de la deuda del estado griego la tienen los bancos europeos (y muy en especial los alemanes). Estos bancos compraron los bonos griegos en masa y a precios muy reducidos. Tiene millones de euros en bonos. Estos bonos los tienen asegurados en lo que se llama Credit Defaults Swaps (CDS); lo cual quiere decir que el aseguramiento de los bonos no se basa en su precio real, sino en un precio ficticio, resultado de la especulación. De ahí las campañas de los bancos y de los hedge funds (fondos de carácter especulativo) a fin de inflar el precio de los bonos que generan un interés exorbitante de un 7% por año. Y se están forrando como consecuencia de ellos. De esto, los liberales ni hablan.
Pero este crecimiento exuberante de los intereses de los bonos lo tiene que pagar el ciudadano griego a base de ajustarse el cinturón. Y ahí está el Pacto de Estabilidad, el instrumento por antonomasia de rectitud monetaria. Lo que al ciudadano griego se le dice es que tiene que ser más austero, vivir con menos transferencias y servicios públicos y reducir sus beneficios sociales y laborales. Todo ello para que se puedan pagar a los bancos sus escandalosamente altos beneficios bancarios, basados en mera especulación. Y los bancos tienen sus propias agencias de certificación (que están en su bolsillo), que catalogan los bonos de los estados según la voluntad de los gobiernos de seguir las instrucciones de los bancos (que se llaman los mercados financieros).
Ahora bien, este descenso del gasto público está creando un enorme problema, pues acentúa más la recesión y dificulta la recuperación en todos los países de la eurozona y no sólo en los países mediterráneos (e Irlanda), sino también en los países centrales, incluida Alemania. La austeridad de gasto público (iniciada ya con las reformas Schroeder) en Alemania, junto con la falta de crecimiento de los salarios en aquel país, hace que la escasa demanda interna esté imposibilitando el estímulo económico necesario para salir de la crisis. De ahí que los círculos liberales y conservadores que gobiernan en Alemania intenten basar la recuperación económica en el crecimiento de las exportaciones. Pero el problema es que la gran mayoría de exportaciones en Alemania (2/3 partes) van a los países de la Eurozona que no están importando por las mismas razones: las prácticas de austeridad (bajada de gasto publico y de salarios), que están imposibilitando que se importen los productos alemanes. De ahí que el comercio alemán y europeo se está paralizando. En realidad, en Irlanda, donde más se han aplicado las recetas de austeridad (al igual que en Lituania), el PIB ha disminuido nada menos que un 8% (en 2009), desembocando aquel país en una profunda recesión. Un tanto igual ocurrirá en Grecia (y puede ocurrir en España si las políticas de austeridad no cambian). El paquete de ayuda de la UE a Grecia que el presidente Zapatero, Presidente de la UE, ha organizado, es una medida necesaria pero profundamente ineficiente, pues la solución a la crisis de Grecia pasa por cambios más profundos de lo que la UE está considerando, pues se necesita un giro de 180º en sus políticas, pasando de políticas liberales a políticas keynesianas de estímulo de la demanda. Cuando se creía que la crisis presente (generada por las políticas liberales) significaría el fin del neoliberalismo, resulta que, paradójicamente, estamos viendo como la mayoría de gobiernos de la UE, alentados por sus instituciones (tanto el BCE como la Comisión Europea y el Consejo Europeo) están reincorporando tales políticas.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University.

martes, 4 de mayo de 2010

LA FIEBRE DEL ORO

Cuando en los años 60 salíamos a la calle voceando “Llibertat, amnistía i estaut d’autonomia” estábamos muy lejos de imaginar en qué iba a degenerar todo esto. Corríamos perseguidos por las porras y las bolas de goma, pero nosotros perseguíamos la utopía, por eso éramos, como ella, inalcanzables.
Ya a los pocos años, Llach lanzó la voz de alarma con aquel profético “No és això” que le valió la animadversión de los “Funcionarios del negociao de sueños” que se habían encaramado a la escalera y usaban los puños para algo más que para mantenerlos en alto.
La caída del muro, fue el pistoletazo de salida y el “tanto vendes tanto vales”, el grito de guerra con que las hordas capitalistas tomaron al asalto las empresas públicas, los mercados de valores y la conciencia colectiva.
Los partidos de izquierda fueron perdiendo terreno y refugiándose en las trincheras de la ambigüedad ideológica. Desaparecieron los comunistas, el socialismo se convirtió en socialdemocracia y los verdes se fueron destiñendo hasta acabar siendo transparentes.

La entrada en la moneda única, provoco un blanqueo de dinero de tal calibre, que detrozó nuestro paisaje. Las costas se transformaron en puertos, los arrozales en campos de golf y las huertas de naranjos en urbanizaciones masivas.
Los ayuntamientos recalificaban, los especuladores compraban terrenos y voluntades, mientras la banca prestaba un dinero que no era suyo. Los banqueros se adjudicaban sueldos millonarios y los gobiernos miraban hacia otro lado mientras veían subir sus ingresos y apuntalaban sus votos. El proletariado desapareció, todos éramos clase media, propietarios de hipotecas a cadena perpetua y especuladores en re negociación de préstamos para hacer un crucero o montarnos un safari, ¡por fin éramos europeos!
Hace poco releía “La fiebre del oro” de Narcis Oller y me pareció tan actual que creí estar viendo un telediario, los siglos transcurren, las eras pasan, pero la ambición humana continua creciendo a medida que disminuye nuestro sistema de valores.
Ya no hay parias en la tierra con fuerzas para levantarse, porque la telebasura y la pornoeducación han castrado a nuestros hijos, la rebeldía ante la injusticia, el espíritu de lucha y la esperanza en un futuro mejor, han sido sustituidas por un consumismo a ultranza y un desprecio al trabajo y al esfuerzo como nunca hasta ahora se había conocido, mientras, la tierra comienza a estar tan intoxicada con nuestra basura y nuestros venenos, que el día menos pensado nos arrojará a todos al infierno, en un último y telúrico vómito.
¿Estamos a tiempo para evitar el apocalipsis? Creo que todavía nos queda la esperanza, pero la cuenta atrás ha comenzado y este es el penúltimo aviso.