domingo, 2 de julio de 2017

ARMISTICIO



Hace unos meses, se mudaron al piso de abajo unos nuevos vecinos, al principio no hubo problemas, pero con los primeros calores, salieron a la terraza a fumar pitillo tras pitillo, de tal manera que el humo de sus cigarros apestaba y contaminaba nuestra casa teniendo que dejar las ventanas cerradas a cal y canto; bajé a dialogar con ellos, pero me dijeron que fumaban en la galeria  porque no querian que su casa oliera a tabaco y como ninguna ley se lo prohibia, segurían haciendolo.
Al dia siguiente, me compré un sonómetro y aprovechando que los vecinos del piso superior trabajan de noche, a las dos de la madrugada pinché un disco de heavy metal y puse el volumen justo al nivel permitido por las ordenanzas municipales, al cabo de media hora, tenia una patrulla llamándo a mi puerta, me mostraron la denuncia , midieron los índices sonoros y comprobaron que no superaban los limites legales, se disculparon y continuaron la patrulla.
Al cabo de tres noches de concierto y fumata, el vecino, llamó a mi puerta y me propuso un armisticio, el apagaba la humareda y yo dejaba de tocar los tambores de guerra. Aquella noche, los cuatro, fumamos la pipa de la paz.

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