No solamente existen los refugiados de guerra, hay, escondidas entre las tinieblas, victimas y daños colaterales de malos tratos, abandonos familiares, soledad y desesperación. Sobreviven en el silencio, en el desamparo, temen salir a la luz por miedo a la burla y al desprecio, son victimas de la indiferencia de una sociedad cainita y servil que se humilla ante el rico y pisotea al necesitado. No duermen en los cajeros, quizas tienen un techo donde cobijar su cuerpo, pero su alma sobrevive a la intemperie hasta que un dia, decide elevar el vuelo en busca de una vida mejor. Hay heridas que no sangran, hay bombas que no desgarran el cuerpo, pero destrozan vidas y familias, no solo son culpables los maltratadores, los especuladores y los legisladores, tambien lo somos quienes como Pilatos, nos lavamos las manos y pensamos que no es nuestra responsabilidad, a veces los pecados por omisión son los mas imperdonables.
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