jueves, 3 de noviembre de 2016

LAS MÁFIAS DE LA MISERIA



Cada vez se ven más jóvenes mendigando por el centro de las ciudades, no estan enfermos, no padecen ninguna invalidez, son mendígos profesionales, se aposentan en los paseos turísticos , muchas veces con un perro drogado para dar lástima y  recojen píngües beneficios. 
Hace unos años, las mafias de la miseria nos invadieron con mujeres cargando bebés arrastrándose por las esquinas, tras la prohibición, los capos cambiaron de táctica y ahora utilizan mascotas. Después de la droga y la prostitución, la mayor fuente de ingresos de estas organizaciones es la mendicidad, distrubuyen a sus peones en zonas estratégicas ante la pasividad de las autoridades y explotan el sentimiento de culpa que generan al transeunte.
Son los mismos que suministran y controlan a los manteros, los peristas que compran mercancias robadas; trafican con la necesidad de unos y la ignorancia de otros y no dudan en utilizar la violencia para expulsar a los intrusos o acallar a los arrepentidos.
La solución está en nuestras manos, ni un solo céntimo a esos peones, la pobreza no se elimina con caridad si no con justicia, con educación e igualdad de oportunidades, en el caso de la prostitución, tanta culpa tiene el cliente como el rufián que las explota, en el caso de la mendicidad no llegaría tan lejos, pero está claro que cada óbolo que echamos en el plato mendicante nos convierte en cómplices necesarios, nada más, pero nada menos.

No hay comentarios: