martes, 23 de febrero de 2016

LA HUELGA DE TRANSPORTE PUBLICO

Las huelgas de los servicios públicos no repercuten en la empresa, perjudican gravemente al ciudadano. Cuando un colectivo con capacidad de presión la utiliza de manera abusiva y buscando las circunstancias para causar el máximo daño posible, no solo pierde su legitimidad si no que se convierte en un atentado contra la ética laboral y social.
Los trabajadores de la TMB, a pesar de ser unos privilegiados laboralmente hablando, han elegido con premeditación y alevosía, las fechas en que mas daño pueden infligir a los ciudadanos, la celebración del Movil World Congres es una plataforma inestimable para la promoción de la ciudad, y los sindicatos del transportes publico no han dudado en boicotearla a pesar del daño que inflingen a la imagen de Barcelona.
Miles de trabajadores se quedan sin medio de transporte, la ciudad se sume en un caos y la crispación se dispara, pero los directivos de la empresa, los empresarios y los financieros no sufren las consecuencias.

Si en verdad quisieran defender sus reivindicaciones sin perjudicar al ciudadano, podrían organizar jornadas de puertas abiertas, dejar de vigilar las entradas y de esta manera presionarían a la empresa sin perjudicar al  usuario, pero es mas fácil y productivo causar el máximo daño posible que buscar soluciones ocurrentes. De una manera u otra, siempre acaba pagando el sufrido contribuyente, primero con los prejuicios de la huelga y después con el incremento de las tarifas.

Jose Luis Posa

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