martes, 24 de noviembre de 2015

REMOLINO

Me desperté esta mañana con un tremendo dolor de cabeza, tomé un café bien cargado y salí a comprar aspirinas. Como es Domingo, tuve que buscar una farmacia de guardia pero al ir a pagar, me di cuenta que me había dejado la cartera, pedí disculpas y corrí hacia casa, mas al intentar abrir la puerta comprobé con desesperación que tampoco tenía la llaves.
Hurgué en los bolsillos pero un agujero traidor me devolvió a la realidad, desesperado busqué el móvil, pero por desgracia, todo se había quedado en casa.

Hacía una temperatura glacial, la cabeza me zumbaba y me sentía perdido, me miré en un escaparate y el vidrió me devolvió una imagen deplorable, barba de tres días,  ojos hundidos y una ajada vestimenta, intenté recapitular que había pasado la noche anterior pero todo estaba oscuro, no podía recordar ni siquiera mi nombre.


Llevo todo el día vagando por las calles, he intentado regresar a casa pero ya no recuerdo donde vivo. Se ha hecho de noche y  me he refugiado en un cajero. Tengo  frío y el hambre me retuerce  pero no me atrevo a salir. no conozco las calles ni las gentes, me tiemblan las manos y apenas consigo pensar. Los ojos se me cierran pero no quiero dormirme, tengo mucho miedo, las sombras me van rodeando como pérfidos fantasmas  y presiento que  en cuanto cierre los ojos, me arrastrarán con ellas.

Jose Luis Posa

No hay comentarios: