lunes, 28 de marzo de 2011

LA FIDELIDAD A TRAVES DE LOS TIEMPOS



La mayoría de los antropólogos están de acuerdo, el hombre es un mamífero polígamo, entonces ¿Cuál es el origen del mandato de la fidelidad y el tormento de los celos?

Se sabe que el hombre tardó milenios en relacionar el acto sexual con la reproducción, entonces se creía en la influencia divina, de ahí el poder de las diosas de la fertilidad que se extendieron por todas las culturas. Aun después de asociar causa y efecto, durante la eras en las que el hombre fue nómada, las mujeres criaban juntos a todos los hijos de la tribu y los hombre se despreocupaban de sus vástagos, la pareja monógama no existía como tal.
Cuando algunos clanes comienzan a hacerse sedentarios, nace el concepto de propiedad, al principio las tierras y las moradas pertenecían al grupo, pero poco a poco, los más fuertes se van apropiando de las mejores tierras e imponen la propiedad privada.
A partir de ese momento el hombre toma conciencia de que ha de legar sus pertenencias y quiere asegurarse de que los herederos son realmente sus hijos, se establecen parejas estables y la mujer es obligada a permanecer virgen hasta el matrimonio y a guardar fidelidad durante toda la vida, era un intento por parte del macho de asegurar la pureza de su progenie, pero por otra parte, la mujer también exige a su pareja equidad, no está dispuesta a tener que repartir el patrimonio de sus hijos con otros vástagos de su pareja. Las religiones consagran la fidelidad como una virtud y condenan el adulterio hasta con pena de muerte sobre todo cuando la mujer es la pecadora, el círculo se ha cerrado.
Como la mayoría de los matrimonios se producían por intereses económicos o territoriales, el amor quedaba relegado a un segundo plano, y dentro de una discreción más o menos tolerada, los nobles y terratenientes tenían amantes y concubinas mientras que las mujeres debían actuar con mucha más discreción si no querían ser repudiadas o ejecutadas, la infidelidad masculina se toleraba mientras que la femenina era severamente castigada.
Con el romanticismo llega la exaltación del amor, el desarrollo económico y la emigración a las ciudades empieza a desligar el matrimonio de los intereses familiares, cada vez más parejas se casaban por amor. La independencia económica de la mujer le permite la libre elección de la pareja a la cual exige igualdad de derechos y obligaciones, entre ellos la mutua fidelidad.
En una época en que los anticonceptivos hacen muy improbable embarazos indeseados ¿Qué sentido tiene seguir manteniendo la fidelidad a ultranza? ¿Por qué seguimos siendo pasto de los celos a pesar de todos los avances sociales?
El concepto de la fidelidad ha arraigado en nuestra psiquis a través de milenios y ahora es casi un instinto, el sentido de posesión que acarrea el amor romántico tiende a acaparar al amante y a exigirle dedicación exclusiva, la inseguridad, la falta de autoestima y los miedos hacen que muchas personas sufran lo indecible por esa enfermedad que llamamos celos. Las jóvenes parejas que han intentado liberarse del yugo relajando los lazos han acabado rotas o transformadas en puras unidades de coexistencia, ignoro si la humanidad derivará hacia un nuevo concepto de pareja, pero el camino parece que será arduo y tortuoso.

JUANMAROMO

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