lunes, 14 de junio de 2010

UNA HUELGA QUE HUELGA

¿Qué sentido tiene a estas alturas organizar una huelga general, aparte de hacerse el harakiri?
Los sindicatos han hecho la vista gorda a las privatizaciones de nuestra empresas punteras, a la especulación salvaje, a la hipotecas perpetuas. Han permitido que en los años de bonanza, los funcionarios "de tropa" siguieran perdiendo poder adquisitivo, mientras los reyezuelos de taifas, a base incentivos, productividad y quinquenios aumentase sus ingresos a costa del presupuesto y sobre todo de los mileuristas que son la base del funcionariado.
No protestaron mientras la banca inflaba sus cuentas, y sus directivos cobraban el equivalente cientos de sus empleados.
Los sindicatos callaban mientras la burbuja crecía y crecía, mientras los especuladores sacaban el dinero a espuertas hacia los paraísos fiscales y las mafias inflaban artificialmente los precios de la vivienda.
Ahora tras una bancarrota de la que son tan responsables como los gobiernos y el resto de la sociedad, convocan "Huelga general". Ya fracasaron con la de los funcionarios y ahora vuelven a revolcarse en el mismo charco.
Ustedes deberían haber convocado la huelga general e indefinida hace cuatro años, para cambiar el rumbo de esta nave que iba directamente contra las rocas, ahora una vez encallados y desarbolados, lo único que pretenden es salvar los muebles, los suyos claro, porque los de los parados, autónomo arruinados, y pequeñas empresas cerradas hace tiempo que se perdieron entre las olas.
Si tuvieran un poco de ética, entonarían el "mea Culpa" y se aprestarían a poner la nave a flote en lugar acabar de desguazarla. Desde luego conmigo no cuenten para su pantomima, y creo que la mayoria de los trabajadores con criterio no la secundarán.
JUANMAROMO

1 comentario:

León Trepedol dijo...

Ciertamente los sindicatos han estado adormecidos ("estómagos agradecidos" que dirían los de derechas, y no les falta razón) y ahora que les tocan un colectivo importante (importante desde el punto de vista del número de votos), un colectivo que se encarga del servicio público, servicio supuestamente defendido por los sindicatos de izquierda, quieren armar la de San Quintín.
Conmigo creo que tampoco contarán, auque como todo ser humano navego entre mis contradicciones y me planteo cómo coj... narices les hacemos ver a la clase política y a la financiera que estamos hartos de esta esclavitud solapada (tengo una hipoteca que terminaré de pagar, si dios quiere, cuando esté jubilado).
Salud