jueves, 10 de julio de 2008

A ANEBELLE LEE

Hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar,
vivía una doncella cuyo nombre era Annabel Lee;
y vivía esta doncella sin otro pensamiento que amarme y ser amada por mí.

Yo era un niño, una niña ella,en ese reino junto al mar:
pero nos queríamos con un amor que era más que amor,
yo y mi Annabel Lee,
con un amor que los serafines del cielo nos envidiaban a ella y a mí.

Tal fue esa la razón de que hace muchos años,
en ese reino junto al mar,
soplara de pronto un viento,
helando a mi hermosa Annabel Lee.

Sus deudos de alto linaje vinieron y se la llevaron apartándola de mí,
para encerrarla en una tumba en ese reino junto al mar.
Los ángeles, que no eran ni con mucho tan felices en el Cielo,
nos venían envidiando a ella y a mí...

Sí: tal fue la razón
(como todos saben en ese reino junto al mar)
de que soplara un viento nocturno
congelando y matando a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era mucho más fuerte que el amor de nuestros mayores,
de muchos que eran más sabios que nosotros,
y ni los ángeles arriba en el Cielo,ni los demonios abajo en lo hondo del mar,
pudieron jamás separar mi alma del alma de la hermosa Annabel Lee.

Pues la luna jamás brilla sin traerme sueños de la bella Annabel Lee;
ni las estrellas se levantan sin que yo sienta los ojos luminosos de la bella Annabel Lee;
Así, durante toda la marea de la noche,
yazgo al lado de mi adorada -mi querida- mi vida y mi prometida,
en su tumba junto al mar,en su tumba que se eleva a las orillas del mar.

E. A. POE



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